“Cualquiera que crea en él, jamás será avergonzado”. Romanos 10:11
La vergüenza y la culpa son poderosos motivadores
Le pedí a un amigo que viniera a Mission Hills a adorar. Su respuesta fue: “No puedo ir a la iglesia, si voy explota en llamas”.
El creía que sus comportamientos del pasado eran tan horribles, que solo le esperaba la muerte y el juicio. Cree que Dios lo ve, pero todavía no cree que Dios realmente tenga una solución para su vergüenza o que pueda perdonarlo. Por tal razón, su vergüenza le impide regresar a Dios.
La vergüenza y la culpa son motivadores poderosos. Con frecuencia, nos hacen aislarnos de las fuentes de curación: Dios y el pueblo de Dios.
El pastor Craig Smith define la vergüenza como,“el sentimiento persistente de que nuestros errores nos hacen indignos de amor y pertenencia”. Él define la culpa como,“saber que hemos hecho mal y que necesitamos perdón”.
Es fácil centrarse en áreas en las que sentimos que hemos fallado, – y todos lo hemos hecho.
“Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios”. Romanos 3:23
Entendemos que nuestras acciones y pensamientos no agradan a Dios. La culpa que sentimos puede hacer que nos alejemos de la iglesia, de nuestras familias y de Dios. En este aislamiento autoimpuesto, la vergüenza y la culpa pueden crecer y apoderarse de nosotros.
La Biblia ofrece una solución para nuestra culpa.
1 Juan 1:9-10 nos dice que:,“Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad.” Nuestro Dios fiel y justo nos perdona y nos purifica de toda injusticia cuando confesamos nuestros pecados. Él nos ve puros y justos porque Jesucristo pagó el precio por nuestros pecados.
2 Corintios 5:17 nos asegura, “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es. Lo viejo ha pasado; he aquí lo nuevo ha llegado.”
¡Somos nuevas creaciones, nuestro viejo ser lleno de vergüenza ha fallecido gracias a Cristo Jesús!
¿Qué pasa si mis emociones no coinciden con la verdad de la Palabra de Dios?
La mayoría de nosotros conocemos íntimamente nuestros defectos y fracasos, y han sido nuestros compañeros no deseados durante años. La verdad del perdón y la limpieza de Dios es una adición reciente a los recuerdos que se han arraigado en nuestras mentes.
Debemos pasar de una comprensión superficial de que Dios promete perdón, a una aceptación más profunda de nuestra nueva posición. Podemos pedirle al Espíritu Santo que nos ayude a alinear nuestras emociones a sus promesas.
En Salmo 51:1-3 David ora,“Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu gran amor; conforme a tu misericordia, borra mis transgresiones. Lávame de toda mi maldad y límpiame de mi pecado. Yo reconozco mis transgresiones; siempre tengo presente mi pecado.”
David reconoce que sus transgresiones y pecados están siempre antes que él.
Más adelante en el Salmo 51:10-12, David le ruega al Señor que,“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio y renueva un espíritu firme dentro de mí. No me alejes de tu presencia ni me quites tu Santo Espíritu. Devuélveme la alegría de tu salvación; que un espíritu de obediencia me sostenga.”
¡Qué bendición que el Señor renueve nuestro espíritu y restablezca nuestro gozo! Esta verdad rompe las cadenas de la vergüenza.
Viviendo en la libertad que Dios ofrece
Cuando confiamos en el perdón de Dios y confiamos en que Él renovará nuestro espíritu, podremos vivir como las nuevas criaturas que somos. Si la vergüenza asoma la cabeza, podemos aplicar la verdad de la palabra de Dios, para “restaurar el gozo de nuestra salvación”. En lugar de sentir vergüenza, podemos regocijarnos en nuestro perdón y en nuestra vida de libertad. Lo que solía ser motivo de vergüenza se convierte en motivo de gratitud a Dios.
Podemos proclamar,“Alaba, alma mía, al Señor y no olvides ninguno de sus beneficios. Él perdona todos tus pecados y sana todas tus dolencias; él rescata tu vida del sepulcro y te corona de gran amor y misericordia….”(Salmo 103:2-4 NVI)
El poder de Dios nos levanta del abismo de la vergüenza y nos corona de amor y compasión.
¡La vergüenza ya no gobierna nuestros corazones!
Recursos Adicionales:
CRÉDITOS DE AUTOR
Crédito | Lillian Dehn
Consejera Bíblica
CRÉDITOS DE GRÁFICOS
🎨 Crédito | Maddie Brouwer
Coordinadora de Comunicaciones