¿Alguna vez has sentido que estás constantemente luchando contra las pantallas de tu casa? No estás solo.

Muchos padres, incluido yo mismo, luchamos por encontrar el punto óptimo entre permitir que sus hijos disfruten de los beneficios de la tecnología y protegerlos de sus posibles peligros. Como cristianos, estamos llamados a administrar los corazones y las mentes de nuestros hijos, incluida la forma en que administramos el tiempo frente a la pantalla y la tecnología.

 

Moderación y equilibrio

Desde los primeros años, hemos enfatizado la importancia de la moderación, no solo con las pantallas sino con todo, desde dulces hasta juguetes. En lugar de demonizar la idea de mirar televisión o jugar un videojuego, queremos ayudarlos a aprender a autorregularse con el tiempo.

Cuando eran más jóvenes, establecimos límites claros: no más de una hora diaria de tiempo frente a la pantalla. A medida que crecieron, los involucramos en conversaciones sobre lo que pensaban que era razonable. Desde muy pequeños, nos impresionó su capacidad para tomar decisiones acertadas. Ahora, en la escuela secundaria, aprecian nuestro enfoque equilibrado, aunque no siempre les gustan los límites.

 

La importancia de zonas libres de pantallas

Una de nuestras estrategias más efectivas es crear zonas libres de pantallas en nuestro hogar, como la mesa del comedor y el patio trasero. Esto fomenta el tiempo en familia y ayuda a nuestros niños a desarrollar hábitos saludables y mejorar sus habilidades sociales.

Nosotros ponemos tarjetas de conversación en nuestra mesa para cuando nuestras conversaciones se vuelven rutinarias y nuestro garaje está lleno de cajas de cartón. Si bien los legos y los fuertes requieren mucho más trabajo de limpieza, estamos agradecidos por cómo esos juegos despiertan la creatividad.

 

Contenido interactivo y educativo

No todo el tiempo frente a la pantalla es igual. El contenido interactivo y educativo puede resultar realmente beneficioso. Nuestros hijos aprendieron a hacer crochet con un video de YouTube, construyeron aldeas complejas en Minecraft y se conectaron con abuelos que viven fuera del estado.

Estas actividades fomentan la creatividad y les enseñan habilidades valiosas que les serán útiles en la escuela y más allá.

 

Evitar los riesgos de un tiempo de pantalla excesivo e inapropiado

Los peligros de pasar demasiado tiempo frente a la pantalla son reales. Los estudios han relacionado el tiempo excesivo frente a la pantalla con la obesidad y los problemas para dormir. El auge de las redes sociales ha aumentado la ansiedad de los adolescentes. E Internet está lleno de contenido que puede asustar a las mentes pequeñas durante años.

Leones, tigres y osos, Dios mío.

Como la mayoría de los padres, no tenemos tiempo para dedicarnos a un departamento de Tecnologías de la información, pero aquí hay algunas formas en que hemos mitigado estos riesgos para nuestra familia. Usamos controles parentales, mantenemos pantallas fuera de las habitaciones y somos conscientes de introducir tecnología apropiada para la edad.
Nuestros hijos no tuvieron tecnología dedicada (incluidos iPads) durante la mayor parte de su infancia. Les compramos relojes inteligentes como el Gizmo Watch después del 4to grado para permitir una comunicación limitada, y esperamos hasta el octavo grado para permitir teléfonos móviles. Nuestro objetivo es esperar hasta tarde en la escuela secundaria para permitir las redes sociales. (¡deséanos suerte!)

Lo más importante es que hablamos abiertamente sobre cómo lo que vemos impacta nuestros corazones y nuestras mentes. Les decimos a nuestros hijos que les estamos dando la oportunidad de tener integridad en sus elecciones con respecto a las pantallas y los medios.

No es de extrañar: nuestros hijos no son perfectos. Entonces, cuando toman malas decisiones (¡Como cuando los encontramos jugando Minecraft en su habitación o encontramos YouTube en su historial de búsqueda en lugar de en su tarea!), somos consistentes con nuestras consecuencias.

 

Orientación espiritual y modelo a seguir

Como cristianos, también sabemos que nuestro mayor impacto espiritual es lo que nuestros hijos nos ven hacer, no lo que nos oyen decir. Nos esforzamos por modelar hábitos saludables frente a la pantalla y ayudarlos a aprender a navegar en el mundo de la tecnología.

Cuando los niños eran pequeños, nos encantaba explorar la Aplicación de la Biblia para niños y dejamos que los niños practicaran la lectura en “Epic“. A veces, comemos pizza los viernes y miramos una película familiar. A medida que crecen, veremos juntos videos divertidos en YouTube o incluso en Tik Tok y mantendremos conversaciones abiertas sobre el contenido.

 

Transición a hábitos de pantalla más saludables

Si está buscando reducir gradualmente el tiempo que su hijo pasa frente a la pantalla, comience estableciendo objetivos más pequeños, como reducir el tiempo frente a la pantalla en 10 minutos cada día.

Reemplace ese tiempo con actividades interesantes como juegos al aire libre, lectura o juegos de mesa familiares.

 

Cada familia es única

Solía ​​juzgar a los niños que pasaban horas jugando video juegos en lugar de jugar al aire libre. Hasta que mi esposo me recordó que muchos de estos jugadores crecen y se convierten en ingenieros bien pagados y bien adaptados.

Cada niño y cada familia es única y es importante adaptar las pautas de tiempo frente a la pantalla para que se ajusten a las necesidades de su hijo y a los valores de su familia.

Administrar el tiempo frente a una pantalla es algo más que reglas estrictas o cortar por completo la tecnología.

Se trata de encontrar el equilibrio, establecer límites y garantizar que el tiempo frente a la pantalla apoye el desarrollo de su hijo.

Al aplicar verdades bíblicas, modelar comportamientos saludables e incorporar contenido educativo y espiritual, puede crear un plan de tiempo frente a la pantalla que funcione para su familia.


Matt Rhodes

CRÉDITOS DE AUTOR

Kelly McSparran
Directora de Comunicaciones

Matt Rhodes

CRÉDITOS GRÁFICOS

Maddie Brouwer
Coordinadora de Comunicaciones

Matt Rhodes

CRÉDITOS DE TRADUCCIÓN

Stacey Vega
Coordinadora del Campus en Español